lunes, 17 de enero de 2011

- Sin palabras -

He aquí palabras que se quedan cortas. Murmullos atrapados en el silencio, flotando cual niebla, perdidos en un tiempo y en un espacio inconcretos. Minúsculas partículas de enormes sentimientos que te estremecen al rozarte la piel. Sonidos que se pierden al intentar manifestarse. Suspiros que quieren significar mucho más.

Y ahí siguen. Escondiéndose, privándonos de la capacidad de expresar sentimientos que no sabemos expresar. Y he aquí yo, hablando de palabras que no se hablan, comentando voces que no se pronuncian , y describiendo sensaciones que nadie ha experimentado al escucharlas.

Quedarte corto presionándote el pecho. Querer decir más pero no poder. Buscar palabras en un diccionario limitado, que, aunque extenso, ni por fortuna alcanza.

Saber que te comprenderán, pero dudar de ello. Tener el convencimiento de que es un mal común, aunque no la seguridad. Buscar explicaciones en los pequeños detalles, y excusas en los grandes. Encontrar consuelo en el repicar de las teclas, y perderlo en el resplandecer la hoja en blanco. Leer, releer, borrar y escribir de nuevo.

Oír el parpadeo de tus pensamientos. Esperar que una sola idea ilumine tu cabeza. Mirar repetidamente tus dedos, marcando un ritmo indefinido sobre una superficie cualquiera.
Pensar sobre mucho, hablar sobre poco y escribir sobre nada. Desesperarte en caricias sin que sustituyan intenciones. Vivir de oportunidades, morir de derrotas.


He aquí palabras que se quedan cortas. Y he aquí yo, hablando de palabras que no se hablan, comentando voces que no se pronuncian, y describiendo sensaciones que nadie ha experimentado al escucharlas.

3 comentarios:

  1. ¡Eso sí que es quedarse sin palabras!

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  2. ¡Queda genial que empieces y termines el texto con la misma frase!

    "Buscar explicaciones en los pequeños detalles, y excusas en los grandes".

    Hacer esto es muy habitual, aunque denota paranoia/niñez.

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