domingo, 13 de marzo de 2011

- Bajo la lluvia - Primera parte -

Cuando Marcos se instaló en el asiento del conductor, sus ojos pedían una siesta a gritos. Salía un poco tarde, pero considerando que era viernes y que, por lo tanto, terminaba la jornada al mediodía, su fin de semana empezaba pronto. Pero llovía. Ah, cómo odiaba la lluvia... Aunque a ratos.

La odiaba cuando debía ir a algún sitio, y el asfalto mojado le impedía circular con normalidad. La odiaba también cuando, cargado de bolsas y sin manos para sujetar el paraguas, las gotas salpicaban su cara y se mofaban de él. Pero cuando más la odiaba era en los fines de semana. Coño, toda una semana viendo el sol brillar desde la oficina y ahora se ponía a llover.

Claro que, a veces, la lluvia también le enamoraba. Cuando le servía de excusa para un "no, lo siento, es que lloviendo no me apetece... Mejor otro día", y podía quedarse acurrucadito en el sofá, con la manta verde que tenía vete-tú-a-saber-cuántos años cubriéndole los pies desnudos. Ah... Entonces la besaría y le cantaría baladas si fuera necesario. Pero no era el caso, joder. Ahora le tocaba conducir. Así que también tocaba odiarla.

Poner la radio (primordial y necesario), salir del aparcamiento, dirigirse a la derecha hacia la autopista, coger la autopista, kilómetro uno, kilómetro dos, kilómetro tres... Kilómetro nueve, salir de la autopista, recorrer calles que-si-no-conoces-te-pierdes y, finalmente, llegar a tu triste apartamento, solitario, frío. Y encima lloviendo. Marcos tenía estudiadísimos los veinte minutos de trayecto del trabajo a casa. Y de casa al trabajo.

Pero ese viernes se detuvo en la gasolinera (kilómetro cinco) a repostar. Diez euros. Joder, cada vez me cunden menos. También hizo una llamada para desear a su madre un feliz cumpleaños. Y una feliz Navidad y un feliz Año Nuevo, ya que estamos. Total, llevaban años sin verse...

Una vez retomado el viaje, y ya en el kilómetro ocho, vislumbró una columna de humo negro. Su cerebro dedicó un segundo y medio a analizar los hechos: seguramente sería un accidente; una pena. Se empezaba a formar el típico atasco causado por los morbosos conductores, que incomprensiblemente sienten la irrefrenable necesidad de aminorar la marcha, curiosear y evaluar daños.

Cuando Marcos empezó a distinguir -entre los cláxones de los vehículos - unas estridentes sirenas detrás suyo, se desvió por la salida 56 - pasada el kilómetro nueve - y siguió su camino. Le quedaban cuatro minutos.


4 comentarios:

  1. Me encanta el recurso vete-tu-a-saber, que-si-no-conoces-te-pierdes...Un feliz cumpleaños, una feliz navidad, feliz año, ya que estamos...

    Magnífico, excepto porque faltan 4 minutos ;)

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  2. Es verdad que la lluvia produce sentimientos ambivalentes. Me gusta que llueva cuando salgo del trabajo; una lluvia fina, casi un chirimiri, que me haga sentir vivo tras horas encerrado en una oficina frente al ordenador. Los dos minutos que tardo del trabajo a la estación de metro son de intenso disfrute. Ahora bien, esa misma lluvia me desgasta anímicamente un sábado por la noche mientras me planteo si voy a salir a encontrarme con la ciudad y los animales nocturnos que la pueblan, tan ruidosos, coloridos, estridentes, bellos.

    Ah, la lluvia... Nos hace sentir más humanos, en todos los sentidos.

    PD: Bien por actualizar; ¡estábamos caninos!

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  3. A mi la lluvia que me gusta es la de tormenta. La que cae en un agosto seco y caluroso y ves como el cielo da de beber a la tierra sedienta. Desde la ventana admiras como la cortina de agua se extiende por todo el valle... y sales al jardín, a la calle, a la terraza. Donde sea.
    Esa lluvia es capaz de limpiar el alma.
    Sales fuera, extiendes los brazos y miras arriba, con la boca abierta. Sonríes, y no sabes por qué, pero te gusta. La lluvia riega tu cara y te sientes nuevo. Te empapas. Ese momento dura unos minutos, pero son los minutos más apasionantes del verano.

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  4. Secretari de la Pluja11 de mayo de 2011, 11:33

    "La lluvia atrapa los recuerdos, los hace nuestros hasta el fin. Al verla caer no ves agua, solo momentos que viviste y que quieres que vuelvan a ser."


    A veure quan tornes a escriure alguna coseta..

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